Colegio Don Bosco Iquique

Miércoles, 12 Agosto 2020

Evangelio jueves 13 de agosto 2020.

La Palabra dice

Mt. 18, 21- 19, 1 – “¿Cuántas veces tengo que perdonar?”

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús, le preguntó: "Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?". Jesús le contestó: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete".

"Aprendan algo sobre el Reino de los Cielos. Un rey había decidido arreglar cuentas con sus empleados, y para empezar, le trajeron a uno que le debía diez mil monedas de oro. Como el hombre no tenía con qué pagar, el rey ordenó que fuera vendido como esclavo, junto con su mujer, sus hijos y todo cuanto poseía, para así recobrar algo. El empleado, pues, se arrojó a los pies del rey, suplicándole: ‘Dame un poco de tiempo, y yo te lo pagaré todo’. El rey se compadeció y lo dejó libre; más todavía, le perdonó la deuda. Pero apenas salió el empleado de la presencia del rey, se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien monedas. Lo agarró del cuello y casi lo ahogaba, gritándole: ‘Págame lo que me debes’. El compañero se echó a sus pies y le rogaba: ‘Dame un poco de tiempo, y yo te lo pagaré todo’. Pero el otro no aceptó, sino que lo mandó a la cárcel hasta que le pagara toda la deuda. Los compañeros, testigos de esta escena, quedaron muy molestos y fueron a contárselo todo a su señor. Entonces el señor lo hizo llamar y le dijo: ‘Siervo miserable, yo te perdoné toda la deuda cuando me lo suplicaste. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero como yo tuve compasión de ti?’ Y hasta tal punto se enojó el señor, que lo puso en manos de los verdugos, hasta que pagara toda la deuda”. Y Jesús añadió: "Lo mismo hará mi Padre Celestial con ustedes, a no ser que cada uno perdone de corazón a su hermano".

Después de terminar este discurso, Jesús partió de Galilea y llegó a las fronteras de Judea por la otra orilla del Jordán.

La Palabra me dice

Si el Evangelio de ayer versaba sobre la corrección fraterna, el de hoy está centrado sobre el perdón. Es probablemente la enseñanza evangélica más difícil de vivir y más necesaria para la convivencia humana y la fraternidad cristiana.

Esto también es algo que nos viene de la carne y de la sangre. Tendemos a reaccionar instintivamente, o incluso racionalmente, o con el rencor, la bronca, la venganza o el corte de relación, saludo o palabra con quien nos ha ofendido.

Dios es todo lo contrario: ama y busca al pecador, a quien lo ha ofendido, como el buen pastor a la oveja perdida.

Luego Mateo narra la parábola de los dos deudores. Dios es el rey que perdona a quien tiene una deuda “impagable” con Él. Por pura gracia. O porque Él es misericordia pura.

Pero quien es agraciado por ese rey tan generoso resulta ser luego mezquino y vengativo con los demás. Esa es la historia de la humanidad: la historia de todas las guerras, de los conflictos familiares, de muchos enfrentamientos sociales. 

Y el “no-perdón” mantiene abierta la herida producida por la ofensa. Una herida que sangra sin restañarse. A veces se trata de cosas chiquitas, que ni valdría la pena considerar. Y a veces, de heridas muy profundas que alguien nos infligió. Aquí es todavía más importante el perdón. De lo contrario, esas heridas no solo no cicatrizarán, sino que pueden agravarse con el paso del tiempo.

Volviendo a la parábola: todos estamos en deuda con Dios y entre nosotros. Pablo dice: “que la única deuda que haya entre ustedes sea la del amor”. Y en eso, todos, toditos, estamos en falta. No amamos a los demás como deberíamos, como nos enseña Jesús. Por eso nos cuesta tanto perdonar. Y perdonar “de corazón”. Claro que puede ser imposible, pero algo imposible le ocurrió a la madre Virgen de Jesús. ¿No puede ocurrirnos también a nosotros?.

Con corazón salesiano

Don Bosco en un momento estaba muy triste y, al preguntarle un muchacho mayor, José Brosio, sobre su tristeza, le contestó que un joven lo había insultado gravemente. Al ver la impresión de bronca que esta situación le causó al muchacho, Don Bosco le dijo: “Tú quieres castigar al que ha ofendido a Don Bosco y tienes razón, pero nos vengaremos juntos, ¿te parece así?(…) La venganza de un buen cristiano es el perdón y la plegaria por la persona que nos ofenden; así que, habiendo rezado por este compañero, has hecho lo que le agrada al Señor, y por eso ahora te sientes satisfecho. Si haces siempre así, pasarás una vida feliz”.

A la Palabra, le digo

Señor Jesús, tu moriste perdonando a los que te crucificaban. Tú nos mandaste que amáramos al enemigo, es decir, a quien nos maltrata o desprecia. Tú nos das la fuerza de poder hacerlo con tu espíritu de amor, que supera toda barrera y todo distanciamiento. Que los cristianos aprendamos que el perdón es la cima del Evangelio, allí donde solo tú pudiste llegar, pero a donde tu espíritu nos puede llevar también a nosotros.

Link canción: https://www.youtube.com/watch?v=CPDCRsHnws0

Fuente: donbosco.arg/or/youtube/google.
 

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