Colegio Don Bosco Iquique

Domingo, 23 Agosto 2020

Evangelio lunes 24 de agosto 2020.

La Palabra dice

Jn. 1, 45-51 – “Ven y verás”.

En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: "Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret". Natanael le replicó: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le contestó: "Ven y verás". Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño". Natanael le contesta: "¿De dónde me conoces?" Jesús le responde: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." Natanael respondió: "Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel." Jesús le contestó: "¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores." Y le añadió: "Yo les aseguro: verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre."

 

La Palabra me dice

Natanael es un personaje un tanto misterioso, que no aparece nunca en el listado de los doce y sin embargo será considerado apóstol. Según una tradición no muy temprana, la Iglesia y la Liturgia lo han identificado con Bartolomé, que sí está en el catálogo de los apóstoles.

Este Evangelio narra su encuentro con Jesús, que forma parte de una larga cadena de encuentros:

- El encuentro de los discípulos de Juan con Jesús, que es designado como el Cordero de Dios;
- El encuentro de Andrés con su hermano Simón;
- El encuentro de Simón con Jesús;
- El encuentro de Jesús con Felipe;
- Finalmente, el encuentro de Felipe con Natanael, que lo lleva a encontrarse con Jesús.

Parece que Natanael era un hombre versado en las Escrituras, porque Felipe se fundamenta en ellas para presentar a Jesús, Sin embargo, la mención de Nazaret no favorece el linaje de Jesús. Esta aldea no aparece nunca ni en la historia civil ni religiosa de Israel. No tienen raigambre en la historia de la Salvación. Pareciera que, de ella, como lo dice el mismo Natanael, no puede “salir nada bueno”.

Un verbo clave de la escena es “ver” así como anteriormente lo había sido “encontrar”.

De hecho, Felipe invita a Natanael a “ver” con sus propios ojos a este Jesús. Cuando están frente a frente, Jesús “ve” primero a Natanael, escruta su corazón y reconoce en él un verdadero israelita. Una persona justa que busca siempre la verdad y no simplemente el cumplimiento de la ley.

Natanael queda sorprendido por la penetrante mirada de Jesús: “¿De dónde me conoces?”.

Pero Jesús ya lo había “visto” antes, cuando estaba debajo de la higuera. La higuera es símbolo de la Antigua Alianza que guió a los judíos por el desierto y anunciaba al Mesías.

Natanael reacciona reconociendo en Jesús al Hijo de Dios, al mesías. Es el primero en el Evangelio de Juan que reconoce a Jesús como tal. Él, ahora ha “visto” a Jesús con los ojos de la fe.

Pero Jesús lo invita a “ver” aún más allá, a ver, a creer cosas mayores. Los cielos se han abierto, desde que Jesús vino al mundo y fue proclamado por el Padre como el Hijo amado. Se ha abierto también la posibilidad de un nuevo Israel, fundado ya no en la ley, sino en la persona misma de Jesús. Y Jesús se remonta a Jacob, que soñó y vio también una escalera que ascendía al cielo por la cual subían y bajaban los ángeles. Era una profecía de esta nueva escalera, gracias a la cual sobre el Hijo del Hombre podrán subir a esos cielos abiertos no sólo los ángeles, sino también cuantos crean en Él.
La ascensión de Jesús a lo más alto del cielo será esta escala a través de la cual los Natanael que sepan leer las escrituras y “no tengan engaño” ni se dejen llevar por apariencia, podrán adorar para siempre al verdadero Dios.

¿Y nosotros, vamos por el camino de Natanael al encuentro del Mesías? ¿Qué diría Jesús mirando nuestro corazón?

Con corazón salesiano

Don Bosco, como Jesús, supo encontrar, llamar y formar discípulos que lo siguieron inspirados en su carisma. Es sorprendente la cantidad de vocaciones a la vida salesiana que surgieron en esos años. El entusiasmo desbordante que despertaba el carisma en el oratorio suscitaba jóvenes dispuestos a todo para seguir la misión de Don Bosco.

También era admirable la cantidad y calidad de los muchachos que se ofrecían para ir a las misiones. El Boletín Salesiano y los relatos llenos de aventuras de los misioneros contribuían a fomentar esta inquietud. Fueron muchos los “Natanael” que se enrolaron en las filas de Don Bosco. Él también discernía y escrutaba los corazones.

A la Palabra, le digo

Señor Jesús, te damos gracias porque llamaste desde sus primeros años a Juan Bosco, a quien descubriste en los prados de I Becchi. Te damos gracias porque él supo responder a tu llamado y, como Felipe, llevar a otros Natanael al encuentro con Jesús. En ese encuentro, ellos se encontraron al Hijo de Dios, cuya Buena Noticia contribuyeron a esparcir en el mundo.

Link canción: https://www.youtube.com/watch?v=uyLHiWVIbJM

Fuente: donbosco.arg/or/youtube/google.

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