La Palabra dice
Lc. 21, 10-19 – “Se levantará nación contra nación”
Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque Yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas”.
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La Palabra me dice
La comunidad de Lucas pone en palabras de Jesús expresiones apocalípticas. Conocemos el desenlace de su propia vida: el Maestro no murió de viejo ni rodeado de seguidores. Posiblemente la comunidad transitó como pudo esta experiencia dolorosa, de caos y desconcierto. Muchos creían que con Jesús, la promesa del Reino se haría realidad, pero la vida les demostró que no sucedería.
Con el paso de los años, la comunidad continúa creyendo en el Dios de la vida, aún cuando muchos eran perseguidos y excluidos, incluso por sus mismos paisanos. Con el tiempo, descubren que el proyecto de Jesús continuaba vigente aunque su ausencia fuera imposible de llenar. En medio de eso, sienten tan profundo su presencia que añoran su regreso. Al mirar su propia vida, la comunidad reconoce experiencias dolorosas y caóticas. Entienden que forman parte del camino y se animan a escribirlas para las generaciones futuras.
Hoy también nosotros nos reconocemos atravesados por situaciones que nos corren de lugar. Nuestra propia vida sabe de momentos de caos y desconcierto. Como seguidores y seguidoras de Jesús estamos invitados a cosechar aquellos aprendizajes que el camino nos va regalando. En el medio de todo lo que nos pasa, queremos desafiarnos a reconocer aquellos modos que nos rescatan y nos ayudan a atravesar con mayor humanidad las distintas tormentas que afrontamos.
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Con corazón salesiano
En su presentación del tema del Aguinaldo 2021, el Rector Mayor nos recuerda que “nuestro mensaje subraya y enfatiza que ante esta realidad dura, dolorosa y de pesantes consecuencias, seguimos expresando nuestra certeza de que nos mueve la esperanza porque Dios en su Espíritu sigue haciendo ‘nuevas todas las cosas’. El papa Francisco ha invitado al mundo a contagiarse con ‘los anticuerpos necesarios de la justicia, la caridad y la solidaridad” para la reconstrucción en el día después de la pandemia’”.
Mamá Margarita palpó la pobreza y la injusticia en su vida y en la de los jóvenes a los que su hijo abrió las puertas. Hoy la recordamos con especial afecto y a todos los colaboradores que se contagiaron de esa pasión al cuidado de los jóvenes, especialmente los más pobres. Margarita, en el oratorio, les ofrecía a los jóvenes no sólo el alimento y abrigos necesarios sino el afecto que todos buscaban, que todos buscamos y también podemos ofrecer.
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A la Palabra, le digo
En uno de sus poemas, Eduardo Galeano nos regala esta hermosa expresión: “Tenemos la alegría de nuestras derrotas, porque la lucha por la justicia y la belleza valen la pena también cuando se pierde.”
Ojalá el tiempo que atravesamos nos enseñe a vivir con mayor plenitud y a crecer en humanidad, sabiendo que hay causas que valen la pena aún cuando se pierden.
Link canción:
https://www.youtube.com/watch?v=FAQS6s_Ff-0
Fuente: donbosco.arg.or/youtube/google.com
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