La Palabra me dice

El evangelio pone al descubierto lo contradictorio del corazón humano. Jesús pareciera no acertar con los hombres. Tanto tiempo esperando al que debía venir y, cuando llega, un puñado de excusas y pretextos alcanzan para rechazar su llamamiento. Los judíos contemporáneos al Bautista no pudieron entender su bautismo de conversión. Llega Jesús, su buena nueva y la alegría del reino de Dios, y tampoco pudieron comprenderlo. La parábola de los niños que juegan en la plaza lo deja en claro: ni se dolieron de sus pecados, ni se alegraron por la llegada del reino que trae la bendición de Dios. A esa generación no pudo moverla ni la severa penitencia de Juan, el asceta del desierto, ni la próxima humanidad de Jesús, amigo de pobres y pecadores. En el fondo, no se dejó interpelar a la conversión del corazón. Aún en presencia del reino de Dios, como quienes se sientan en la barrera sin querer entrar en el juego, los hombres eligieron no comprometerse con su mensaje. No dejaron que tocara y transformara sus vidas.

Quienes prefieran quedarse instalados en sus cómodos conformismos religiosos, harán lo mismo. No irán más allá de sus egoísmos ni de sus falsas ideas de Dios. Si por el contrario acogemos al reino que siempre está viniendo a nuestras vidas, sentiremos en la propia carne la urgencia de lo nuevo y entraremos confiados en el juego de Dios. Conoceremos la pasión de vivir la vida según el fuerte viento del Dios que viene a cambiarlo todo y sentiremos la alegría de vivir haciendo historia, como Él quiere. Y como a Jesús, también a nosotros nos reconocerán por nuestras obras.

Con corazón salesiano

Mornés despierta en la mañana del 14 de noviembre de 1877 con una alegría extrema. Se parte para América. Madre Mazzarello y sus hijas concretan el sueño misionero. Acogen en sus vidas la urgencia de ir más allá, de entregarse a los nuevos vientos de Dios. Eligen lanzarse más allá del mundo conocido y afrontan el duro viaje. La Buena Noticia les arde por dentro como fuego: “Las hermanas parten con un equipaje especial: (…) alegría para anunciar el amor de Jesús, humildad para acoger nuevas costumbres y una nueva cultura; disponibilidad para vivir sacrificios, sabiendo que el bien puede traer la cruz y el martirio, con la convicción de que cuando Dios pide, lo pide todo”. Así lo narra la Cronohistoria de las Hijas de María Auxiliadora. 

De aquel puerto parte la primera expedición misionera, haciendo historia, y partirán otras los años siguientes. Y a ese empuje queremos cada día volver. Quien sigue a Jesús está siempre en camino. Está donde el fuego arde, donde vibra el espíritu de la humanidad sin fronteras. Porque la vida se hace fuerte dándola en obras, y se debilita si se la retiene. Ellas lo habían entendido así.  

A la Palabra, le digo

Si me defiendo de tu novedad
Con lo que ya seéde vos,
Encerraré también a los demás
En lo que ya sé de cada uno,
Sin dejarles espacio para lo nuevo.

Si no soy pobre ante vos
contemplando fascinado tu grandeza,
tampoco regalaré como la lluvia universal
mis días y mis fuerzas…

Si en verdad soy contigo fuego,
Con sólo abrir los ojos y dar un paso
No seré con el hermano hielo…

Ext. Benjamín Gonzalez Buelta, en Encuentros

Link canción:

https://www.youtube.com/watch?v=5wXCLdnOQj4

Fuente: donbosco.arg.or/youtube/google.