Evangelio según Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya y les prepare un sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy”.
Entonces Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le respondió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí”.
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Con corazón salesiano
Recordamos el sueño mariano de los 9 años de Jesús, donde este niño se siente desvalido y superado por tamaña misión que se le encomienda. Y Jesús le dirá a Juanito: “Yo te daré la Maestra”, junto a la promesa de que “a su tiempo lo comprenderás todo”. Y esta Madre estará en cada paso de la vida y de la misión de Don Bosco, a quien llamará “Maestra, Madre y Auxilio”. Ella tiene en sus brazos a su Hijo, mostrándonos así cuál es el Camino, la Verdad y la Vida.
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A la Palabra, le digo
Nos dices, Señor, que eres nuestro Camino. Queremos ir tras tus huellas y tu persona, para no perder el rumbo y sentirnos custodiados.
Nos dices, Señor, que eres la Verdad. La luz de tu presencia nos ayude a distinguir lo bueno, justo, verdadero y bello para nuestra vida de discípulos.
Nos dices, Señor, que eres la Vida. Anhelamos todos tener esta vida, cada vez más plena y para todos, hasta llegar a la casa del Padre donde será todo eterno y desbordante.
Fuente: vaticannews.va/donbosco.arg/or/evangelizaciondonboscoiquique.
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